A lo largo de la historia los artistas, siempre dotados de una extraordinaria sensibilidad, han buscado la manera y la forma de hacer críticas a la sociedad y el tiempo que les ha tocado vivir.

Crear conciencia, “sin que se haga sentimental, fuera de la vanguardia o evidente panfleto…” nos canta Silvio Rodríguez en su Playa Girón, no es tarea fácil. Es más bien difícil.

En la colección de cuentos Gato viejo, Marco Augusto Quiroa nos lleva por una expedición del interior del país, lo rural, empezando con El día de Santiago, hasta lo más urbano con A mito le dieron agua en una antología de cuentos y textos cortos. La odisea es a su vez un trayecto a travéz del tiempo y es un viaje duro (como si se viajara en camioneta extraurbana, mejor conocidas como chicken bus) y lleno de postales de la vida en una Guatemala del siglo XX.

Anoche fuimos al tiberio de Mito. Llegó la mara de la veinticuatro y todos caímos cadáveres con unos cuantos villanos para ayudar al entierro. De la coperacha se juntaron como veinte pesebres. La ruquita de Mito estaba inconsolable, jirimiqueando y chupando mocos. Aqueche era el unicornio que le pasaba cáscaras y de hoy en adelante se la cargó la tristeza.

Gato viejoCon este parrafo y en este estilo empieza Quiroa su relato de un velorio guatemalteco en alguna colonia periférica de la ciudad de capital. Es una crónica efímera y sórdida al estilo de Los Olvidados de Buñuel, pero con el mejor caló chapín. Junto con Un día duro nos dejan un registro de la jerga que se habló en la ciudad de Guatemala a finales del siglo pasado. Sin embargo, las historias son la más clara evidencia de que un artista puede hacer una crítica y hacer arte con ideología sin caer en el panfleto. Las anécdotas se sitúan en la ciudad de Guatemala, pero bien pueden ser cualquier urbe latinoamericana.

Estos dos últimos cuentos son un regalo de la mara y para la mara ya que están codificados y son hasta cierto punto de difícil traducción al castellano. Estos dos relatos merecen mayor difusión. El libro Gato viejo además nos obsequia unos dibujos del maestro Quiroa, uno de los más grandes de la plástica guatemalteca.

Gato viejo fue publicado en su tercera edición por la editorial La Rial Academia en 1994 y puede obtenerse en las librerías El Pensativo y Sophos. Sin duda alguna, el compendio merece un lugar en la biblioteca personal de todo guatemaltec@.

¿Cuál relato de este libro es el que más te impacto? Ya lo leíste, por supuesto, y sino que estás esperando.

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