Carta abierta a Luis Aceituno y otros editores de los medios masivos guatemaltecos.
Una imagen vale más que mil palabras — Proverbio chino
Todos hemos escuchado el proverbio chino arriba y sus variantes: una foto vale por mil palabras. Una búsqueda rápida sobre el origen del proverbio nos lleva a una pequeña explicación de Paul Martin Lester, A Picture’s Worth a Thousand Words? en la cual nos muestra un recorte del proverbio original in chino (y usado aquí). Paul Martin Lester nos indica que en realidad el texto chino dice: El significado de una imagen puede expresarse en diez mil palabras. Después de años, continua Lester, el proverbio ha dado pie al choque entre los textos y las imágenes en la mente de los usuarios de ambas. La correcta interpretación del proverbio nos daría que tanto los textos como las imágenes pueden vivir en armonía ya ambos elementos son utilizados en partes iguales para comprender el significado en cualquier trabajo que utilice ambos, define el señor Lester.
Pequeña introducción para hacer una crítica al suplemento cultural El Acordeón que aparece en la edición dominical de elPeriódico de Guatemala. El Acordeón es uno de mis suplementos culturales favoritos y lo recomiendo cada vez que puedo como en la entrada Cómo cultivarse en Guatemala por sólo Q7,50 por semana, en julio 22 de 2005. Obviamente, no tengo nada de que quejarme con la calidad de los contenidos. Mi problema es con una pequeña, pero importante decisión editorial: no dar crédito fotográfico o reconocimiento alguno a los autores de la imágenes que se utilizan dentro de El Acordeón. Esta entrada ha estado atorada en el tintero desde hace ya mucho tiempo, pero no había encontrado la oportunidad para publicarla.
Yo como diseñador gráfico y director de arte de dos revistas, Revue y Recrearte, encuentro inaceptable la decisión de no dar crédito a los autores de las imágenes. Tomemos como ejemplo el último ejemplar de El Acordeón, de fecha 28 de enero de 2007, dedicado a Ryszard Kapuscinski. El suplemento utilizo cinco (5) fotografías del famoso periodista Kapuscinski, incluyendo la portada. Además hay una fotografía e ilustración o pintura en ese mismo ejemplar. Ninguna de las fotografías o ilustración lleva el crédito de autor. En contrapunto se encuentran cinco artículos desglosados así: la última entrevista a Kapuscinski, una reseña sobre la vida de Kapuscinski, las columnas de Sergio Ramírez y Arturo Monterroso y un fragmento mostrando la obra de Rogelio Salazar. Todos los textos están plenamente acreditados con sus respectivos autores. También aparecen en portada los créditos de Luis Aceituno como editor y Amilcar Enrique Rodas como diseñador.
¿Quién tomó la decisión de negar el reconocimiento a los creadores de imágenes? ¿Quién ha decido por mí al momento de pensar que yo sólo me puedo conmover por un texto y que no me pueda interesar conocer mas sobre algún fotógrafo o ilustrador? Señores si utilizan los textos y las imágenes por igual, den el respectivo crédito a ambos. No puedo imaginar a Luis Aceituno autorizando la publicación de dicho suplemento dónde solo aparecieran los créditos de la imágenes y se omitieran todos los créditos de los autores de los textos. Entonces, ¿por qué permitir que aparezcan fotografías e ilustraciones sin crédito? Si una imagen vale más que mil palabras, debería valer la pena agregar por los menos tres o cuatro reconociendo el trabajo del autor.
Por supuesto que El Acordeón no es el único suplemento que incurre en esta falta gravísima. Pero es el suplemento que leo y colecciono y por lo tanto me gustaría que tuviera mejores criterios y políticas editoriales.
¿Pueden ustedes nombrar otros ejemplos en los medios de comunicación masivos donde se violan los derechos de autor?